lunes, 28 de junio de 2010

Lo que es la comodidad

Lo acepto, me da paja escribir en mi notebook con las manos afuera de la cama por el frío y sería fantástico poder escribir con un solo dedo aquí en el iPod! Cosas que para mi hubiesen sido un lujo un par de años atrás - e inimaginables hace 10 años- . Si en ese tiempo hubiera venido alguien del futuro a contarme que Internet iba a estar en el aire y que cada persona en la casa podía tener su propio computador con Internet todo el día, y que además iban a existir aparatos que mezclaban celular, navegador web, personal estéreo, cámara de fotos y GPS todo en uno... Me hubiera asustado y hubiera marcado el 133 para q se llevaran a ese loco de patio.
Además esta el escaldasonno, mi mejor amigo de invierno. Yo no se como no me morí de hipotermia los inviernos anteriores a él ¡Ah! Es verdad, usaba un guatero ¡Mira que ingeniosos eran en la antigüedad! Cuando les cuente a mis hijos q la gente metía en su cama unas bolsas de goma con agua caliente para el frío van a creer q viví en la prehistoria.
Eso si, aún admiro de mi misma el usar el transporte publico. Es toda una hazaña someterse a cualquier recorrido por este vasto reino de Santiago. Es como meterse en una lata de sardinas móvil. Pero esta lata se encuentra también dentro de una olla a presión. Y ya se imaginarán cuál sería el aceite de las sardinas... Hay que ser valiente y bien perfumado para resistirse a la comodidad del Papú.
Y ni hablar del microondas. Es el único culpable de q la base de mi dieta sea pan. Llego a mi casa cagá de hambre y pienso "Oh q rico seria tomar una sopita de fideos! Pero que lata igual, se demora mucho. Tengo que esperar a que hierva 3 MINUTOS. Naaa, mejor me hago un pan con queso en el microondas y listo". Es rico comer algo delicioso, pero es más rico comer ¡ahora ya!
No puede ser que la mayor frustración del día sea ir al primer piso a reiniciar el router. Aunque alguien el otro día me dijo que lo podía hacer desde mi computador... pero qué lata aprender cómo! Así de cómoda estoy. Quiero que todo se haga solo, que mis libros se lean solos, que mi gato se alimente solo, que la loza se lave sola. Lo paradójico e ilusorio del asunto es que pienso, como cada uno de ustedes que están perdiendo el tiempo leyendo esto, que algún día seré exitosa. Que tendré la plata para que todo se haga solo. Y aquí estoy sin hacer nada.